La energía solar es utilizada ampliamente en la actualidad en el mundo. Es ampliamente reconocida como una opción más sustentable en comparación con las fuentes de energía tradicionales de origen fósil. Algunas razones serían:
No emite gases de efecto invernadero: La generación de energía solar no produce emisiones directas de dióxido de carbono (CO2) u otros gases de efecto invernadero que contribuyen al cambio climático. El Impacto ambiental de los paneles solares en su fabricación e instalación puede ser alto, sin embargo en su vida útil operativa es nula. En contraste, las centrales eléctricas tradicionales que queman combustibles fósiles emiten grandes cantidades de CO2 y otros contaminantes atmosféricos.
Utilizan el recurso renovable mas importante: La energía solar utiliza una fuente de energía renovable e inagotable: la luz del sol. A diferencia de los combustibles fósiles, que son finitos y no renovables, la energía solar es abundante y está disponible de forma gratuita.
Menor huella de carbono: A lo largo de su ciclo de vida, desde la fabricación hasta la instalación y la operación, los sistemas solares generan menos emisiones de carbono en comparación con las centrales eléctricas tradicionales. A medida que la tecnología solar continúa mejorando y se reduce la huella de carbono de la producción de paneles solares, esta diferencia se amplía aún más. En su operación si pueden generar una huella hídrica fuerte, por el tema de la limpieza de la cubierta de los módulos, sin embargo con las tecnólogias modernas esto se ha reducido al mínimo.
Impacto mínimo en el medio ambiente: La energía solar tiene un impacto ambiental mínimo en términos de contaminación del aire, el agua y el suelo. No produce residuos tóxicos ni contaminantes, y la mayoría de los componentes de los paneles solares son reciclables al final de su vida útil.
Resiliencia frente al cambio climático: La diversificación de la matriz energética con fuentes renovables como la solar puede aumentar la resiliencia de las infraestructuras energéticas ante los impactos del cambio climático, como tormentas extremas, sequías y otros fenómenos climáticos adversos.
En resumen, el impacto ambiental de los paneles solares es prácticamente nula, y convierte a esta tecnología en una opción más sustentable porque reduce las emisiones de gases de efecto invernadero, utiliza recursos renovables, tiene una huella de carbono más baja, minimiza el impacto ambiental y ayuda a enfrentar el cambio climático. Su adopción a gran escala es fundamental para avanzar hacia un futuro más limpio y sostenible.
