Soluciones ante la crisis energética de México: ¿Qué implica la salida de Iberdrola?
- SUPER ADMIN

- 31 jul
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 4 ago
La reciente salida de Iberdrola de México, confirmada a finales de julio de 2025, marca un punto de inflexión en el panorama energético nacional. Esta decisión no solo plantea retos técnicos, sino también consecuencias económicas, regulatorias y de inversión extranjera directa. En este artículo, exploramos el trasfondo de esta decisión, sus repercusiones y, sobre todo, las soluciones ante la crisis energética de México que deben implementarse de inmediato para evitar mayores riesgos.
¿Por qué Iberdrola decidió retirarse de México?
Iberdrola, uno de los grupos energéticos más relevantes a nivel global, ha operado en México desde 1999. Sin embargo, en los últimos años enfrentó conflictos con las políticas energéticas nacionales, especialmente a partir de 2019, cuando el gobierno federal impulsó una contrarreforma eléctrica centrada en fortalecer a la CFE y limitar la participación privada.
La tensión se intensificó con multas millonarias, bloqueos regulatorios y la venta de 13 plantas al Estado en 2023. Para julio de 2025, Iberdrola decidió poner en venta las últimas 15 plantas que aún operaba, marcando su retiro definitivo del mercado mexicano.

¿Qué impacto tiene esta decisión en el sistema eléctrico nacional?
La salida de Iberdrola representa la pérdida de más de 2,600 MW de capacidad instalada privada, gran parte de ella correspondiente a energías renovables y cogeneración eficiente. Esta capacidad es clave en un país donde la demanda eléctrica crece cada año y la infraestructura envejece.
Los riesgos identificados por especialistas son:
Posibles déficits de suministro en zonas industriales y urbanas.
Menor diversificación de generación y pérdida de competencia.
Mayor dependencia de la CFE, que enfrenta sus propios retos financieros y operativos.
Rezago en el cumplimiento de metas de transición energética.
Efectos económicos y confianza de los inversionistas
Más allá de lo técnico, la partida de Iberdrola envía un mensaje preocupante al mercado internacional: que México no garantiza condiciones estables para invertir en energía.
Consecuencias económicas directas:
Pérdida de inversiones estimadas en más de 4 mil millones de euros.
Posible destrucción de empleos directos e indirectos asociados a estas plantas.
Reducción de competencia que puede derivar en tarifas más altas para usuarios industriales y comerciales.
Efecto dominó:
Iberdrola no es una empresa cualquiera: su salida podría motivar a otras firmas globales a reevaluar su permanencia en México, frenando nuevos proyectos en energías limpias y tecnologías avanzadas.
¿Estamos ante una crisis energética en México?
Aunque las autoridades han negado que exista un desabasto inminente, la combinación de factores actuales (creciente demanda, envejecimiento de la red, menor inversión privada y concentración en la CFE) podría detonar una crisis energética en el mediano plazo si no se actúa a tiempo.
Y es aquí donde deben implementarse de inmediato soluciones ante la crisis energética de México.
Cinco posibles soluciones ante la crisis energética de México
1. Inversión pública estratégica en generación limpia
La CFE debe enfocarse en desarrollar nuevas centrales renovables y de ciclo combinado eficientes. Se requieren inversiones con planeación técnica, viabilidad financiera y calendario realista. No basta con adquirir activos: hay que construir nueva infraestructura.
2. Atracción de nuevos inversionistas con certeza jurídica
México puede y debe atraer fondos internacionales interesados en energía. Para ello, es imprescindible garantizar:
Estabilidad regulatoria
Respeto a contratos previos
Acceso transparente al mercado eléctrico
Es clave un discurso proinversión que acompañe los cambios estructurales.
3. Diversificación de actores y competencia sana
Un ecosistema energético robusto requiere participación mixta: pública y privada. Permitir nuevos proyectos de generación distribuida, almacenamiento y microredes sería una vía para descentralizar riesgos y fomentar innovación.
4. Reformas para acelerar la transición energética
La meta de tener 35% de generación limpia para 2030 se aleja si se frenan los proyectos solares y eólicos. El gobierno debe:
Facilitar permisos ambientales
Acelerar los plazos de interconexión
Incentivar el almacenamiento eléctrico con baterías
5. Aprovechar la cooperación internacional y la manufactura nacional
México debe fortalecer sus alianzas con socios tecnológicos y financieros internacionales. A su vez, puede atraer inversiones para fabricación de paneles solares, inversores, cargadores y turbinas, reduciendo la dependencia externa y generando empleo local.

¿Qué sigue para el sector energético en México?
La salida de Iberdrola representa una llamada de atención urgente. No se trata solo de un conflicto entre lo público y lo privado. Se trata del futuro energético de un país que busca crecer, electrificar su transporte, digitalizar su industria y reducir emisiones.
Las soluciones ante la crisis energética de México existen. Pero se requiere voluntad política, transparencia y diálogo con el sector privado. Desde Energeka, creemos en una transición energética justa, tecnológica y colaborativa. Nuestra misión es seguir ofreciendo soluciones que sumen a un México más competitivo, limpio y eficiente.
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